Ostentosos y exclusivos, los famosos huevos – joyas- de Fabergé simbolizan el lujo una época y su fin con la Revolución Rusa. Es interesante verlos en su contexto pero también como piezas de arte… ….Para la Pascua de 1883 el Zar Alejandro III, le encargó al orfebre Peter Carl Fabergé la construcción de un huevo para regalarle a su mujer, la zarina María. El regalo consistió en un huevo con cáscara de platino que contenía dentro uno más pequeño de oro. Al abrirse este último, se encontraba una gallina de oro en miniatura que tenía sobre su cabeza una réplica de la corona imperial rusa. Este particular Huevo de Pascua le gustó tanto a la emperatriz que el zar le ordenó a Fabergé que realizara uno nuevo para cada Pascua. Once fueron en total los huevos que Alejandro III le regaló a su mujer. Luego, su hijo Nicolás II continuó con esta tradición y mandó a realizar otros para regalarle a su mujer y a su madre. Los cincuenta y siete huevos que confeccionó la casa Fabergé tenían en su interior algún obsequio, réplica en miniatura de una de las pertenencias de los zares. La Revolución rusa acabó con la firma. Fuente: Wikipedia